El profesor Baqués acaba de publicar un muy interesante y enriquecedor artículo que bien podría servir de ayuda a quienes atienden a la educación de las nuevas generaciones en la escuela y en la universidad, y no digamos para aquellos otros que, con rectitud de intención, pretenden servir al interés general desde el campo de la actividad política, o que, no estando en aquella ni en esta situación, sí forman parte del sector muy mayoritario de la sociedad cuya participación en la orientación y dirección de la comunidad política en marcha, prácticamente se reduce al ejercicio del derecho a voto en los términos y marcos que establecen nuestras leyes. Y digo que su lectura es de interés para tan altísimo número de personas, porque elegir en libertad presupone (exige) conocer cada una de las alternativas existentes y, desde luego, la real o imaginaria relación que mantienen con el binomio libertad-democracia que todas ellas invocan, a veces, hasta la náusea.
No se ocupa, Baqués, de analizar las concreciones partidistas que dicen situar sus ideales en unas u otras ideologías, si no que se ocupa, fundamentalmente, de aproximar algunos conceptos clave, y de describir los escenarios que derivan de cada una de las que han marcado la historia de las ideas políticas. Y justo es decir que hace, ambas cosas, con el rigor propio del académico especialista en ello, y desde el conocimiento que permite distinguir y divulgar qué es y en que consiste una democracia y qué, por el contrario, una dictadura, amén del hecho, ciertamente intranquilizador, de que ambas están expuestas a recaer en manifestaciones totalitarias de esta última.
Y es que hoy y siempre –como ya he defendido en este blog y él mismo apunta- es muy bueno conocer la Historia (de las ideas e ideologías, este caso) para minimizar la probabilidad de recaer en los trágicos errores -que él señala- y cuyos saldos fueron siempre: la pobreza, el dolor y la muerte. Pero ha de ser la Historia real, la verdadera Historia cuya aprehensión exige honestidad y perseverante esfuerzo, y no una historia de parte: el relato –como lo han dado en llamar los doctrinarios- que prescinden de la realidad del hecho, o lo mistifican en favor del pobre argumentario que, lejos de convencer, tan sólo persuade al ya embaucado.
Un artículo. En fin, más que oportuno en un tiempo de crisis de civilización -como el que atravesamos- poblado por desmemoriados a causa de una crasa negligencia que duró décadas, que les hurtó el derecho a conocer su verdadera Historia, y que les dejó a merced de los nuevos adanes de los populismos de cualquier signo, y lo que es aún peor: de los sectarios que jamás olvidan y nunca perdonan.
Francisco Galvache Valero-Martín
https://global-strategy.org/la-democracia-dilemas-y-paradojas/